Neofascismo y Antifascismo

Con la aparición de Trump y el “trumpismo” en todo el mundo -desde Estados Unidos hasta Brasil e India, Italia y Hungría- la cuestión del fascismo ha vuelto a ocupar un primer plano. No solo por el avance – o victorias electorales – de las organizaciones de extrema derecha, sino también por las innegables derivas autoritarias, las aceleradas políticas de destrucción de los derechos de los trabajadores, el auge de los nacionalismos identitarios y los procesos de legitimación del racismo…

…Esta definición nos permite establecer una continuidad entre el fascismo histórico – el de entreguerras – y lo que aquí llamaremos neofascismo, es decir, el fascismo de nuestro tiempo…

…En el caso del neofascismo, este debilitamiento da como resultado el declive de las organizaciones de masas tradicionales (partidos políticos, sindicatos, asociaciones), sin las cuales la ‘sociedad civil’ es poco más que un eslogan electoral que fomenta la atomización de los individuos y los condena a la impotencia, haciéndolos disponibles para nuevos afectos políticos, nuevas formas de alistamiento y nuevos modos de acción…

…una fuerte inestabilidad de la economía mundial y las dificultades que enfrentan las economías nacionales, que debilitan profunda y duraderamente el prestigio de las clases dominantes entre sus respectivas poblaciones, y la confianza de estas en el sistema económico…

…el actual orden político está profundamente desestabilizado, sin embargo, en este tipo de situaciones los movimientos fascistas pueden aparecer – para diferentes grupos sociales y por razones contradictorias – como una respuesta básicamente electoral (al menos en esta etapa) al declive de la capacidad hegemónica de las clases dominantes y como una alternativa al juego político tradicional…

…Contrariamente a la creencia popular (en parte de la izquierda), el fascismo no es solo una respuesta desesperada de la burguesía a una amenaza revolucionaria, sino la expresión de una crisis de alternativa al orden existente y una derrota de las fuerzas contra-hegemónicas…

…En la primera etapa de su acumulación de fuerzas, el fascismo busca dar un giro subversivo a su propaganda y se presenta como una revuelta contra el orden existente. Actúa desafiando a los representantes políticos tradicionales – tanto de las clases dominantes (la derecha) como de las clases dominadas (la izquierda)- ; todos supuestamente culpables de contribuir a la desintegración demográfica y cultural de la «nación» (concebida de manera fantasmagórica como un esencia más o menos inmutable)…

…Al hacer de la ‘nación’ la solución a todos los males (crisis económica, desempleo, ‘inseguridad’) el fascismo pretende ser un movimiento ‘antisistémico’ y una ‘tercera vía’: ni derecha ni izquierda, ni capitalismo ni socialismo…

…En una segunda fase, cuando ha pasado lo que podría llamarse su momento ‘plebeyo’ o ‘antiburgués’ (carácter al que el fascismo nunca renuncia totalmente, al menos en el discurso), los líderes fascistas buscan formar una alianza con representantes de la burguesía, generalmente a través de la mediación de partidos políticos, para sellar su acceso al poder y usar el estado para su propio beneficio (con fines políticos y de enriquecimiento personal), mientras que promete al capital la destrucción de toda oposición.

Nada queda de las pretensiones iniciales de una ‘tercera vía’, ya que lo que propone el fascismo es precisamente hacer funcionar el capitalismo bajo un régimen de control dictatorial.

…Al organizarse colectivamente, al rebelarse contra el orden racista y hetero-patriarcal, al hablar con voz propia, los no blancos, las mujeres y las minorías de género se constituyen cada vez más como sujetos políticos autónomos (lo que de ninguna manera evita sus divisiones, especialmente si falta una fuerza política capaz de crear una alternativa)…

…Esta división también se refiere a una tensión intrínseca en el fascismo ‘clásico’, entre un hipermodernismo que exalta la industria pesada y la tecnología como indicadores y palancas del poder nacional (económico y militar), y un antimodernismo que idealiza la tierra y la naturaleza como hogar de valores auténticos con los que la nación necesita reconectarse para encontrar su esencia…

…A menos que tomemos literalmente – y así validemos – sus afirmaciones de estar del lado de la “gente” o de los “no calificados” y de tener un “programa de transformación social”, o adoptemos una definición puramente formal del concepto «revolución» (reduciéndolo simplemente a un cambio de gobierno y régimen), el fascismo no puede ser descrito de ninguna manera como «revolucionario». Por el contrario, toda su ideología y práctica tiende a la consolidación – través de métodos criminales – de relaciones de explotación y opresión…

…El fascismo, sin embargo, tiene una relación ambivalente con los movimientos sociales. En la medida que su éxito depende de su capacidad para aparecer como una fuerza «antisistémica», no puede contentarse con una oposición frontal a los movimientos de protesta y a la izquierda. Los fascismos tanto «clásicos» como contemporáneos constantemente toman prestada parte de la retórica de estos movimientos para dar forma a una poderosa síntesis política y cultural…

…La transición a los métodos fascistas siempre está precedida por el abandono sucesivo de ciertas dimensiones fundamentales de la democracia liberal por parte de la propia clase dominante. Los foros parlamentarios son cada vez más insustanciales y los métodos de gobierno se vuelven cada vez más autoritarios (decretos-leyes, ordenanzas, etc.)…

…Afirmar que la oposición entre democracia liberal y fascismo son diversas formas políticas de dominación de la burguesía no significa que el antifascismos y los movimientos sociales deban ser indiferentes al declive de las libertades públicas y los derechos democráticos. Defender estas libertades y derechos no es sembrar la ilusión de un estado o una república concebidos como árbitros neutrales de antagonismos sociales; es defender una de las conquistas de las clases populares en los siglos XIX y XX ; es decir, el derecho de los explotados y oprimidos a organizarse y movilizarse para defender sus condiciones básicas de trabajo y de vida como base indispensable para el desarrollo de una conciencia de clase, feminista y antirracista. Pero también significa afirmar una alternativa a la des-democratización, que es la esencia misma del proyecto neoliberal…

…Cabe señalar, sin embargo, que en esta obra de destrucción el fascismo no puede asegurar la pasividad de una gran parte del cuerpo social únicamente por medios represivos o discursos dirigidos a tal o cual chivo expiatorio. Solo logra estabilizar su dominio satisfaciendo realmente los intereses materiales inmediatos de ciertos grupos (trabajadores desempleados, autónomos empobrecidos, funcionarios públicos, etc.), o al menos de aquellos que dentro de estos grupos son reconocidos por los fascistas como ‘patriotas o nacionales”.

Todo esto ocurre en un contexto de abandono de las clases trabajadoras por parte de la izquierda, hecho que aumenta el poder de atracción del discurso neofascista que promete mantener empleos y beneficios sociales para los «verdadera…

…el fascismo nunca ha ofrecido a las masas nada en términos de acción, sino la alternativa entre la aquiescencia, ruidosa o pasiva, a los deseos de los líderes fascistas, o del “manganello” (5). Es decir, represión que, en los regímenes fascistas, a menudo llega hasta la tortura y el asesinato, incluso contra algunos de sus más fervientes partidarios…

…El fascismo constituye una contrarrevolución «póstuma y preventiva»…

…En realidad la fuerza de los movimientos fascistas o neofascistas se debe medir por su capacidad para manejar -dependiendo de la coyuntura histórica- de tácticas legales y violentas, o de «guerra de posición» como de «guerra de movimiento» (para usar las categorías de Gramsci)…

…Contrariamente a la idea común, que pretende absolver a las clases dominantes y a las democracias liberales de sus responsabilidades en el ascenso al poder de los fascistas, los movimientos fascistas no conquistan el poder político mediante una acción puramente externa, como una fuerza armada que se apodera de una ciudadela.

Si en general logran obtener el poder por medios legales (lo que no significa sin derramamiento de sangre) es porque esta conquista está preparada para un período histórico que se puede llamar fascistización de la sociedad…

…El fascismo se expresa de muchas maneras, a través de una amplia variedad de «síntomas mórbidos» (nuevamente usando la expresión de Gramsci), pero no obstante, se pueden destacar dos vectores principales: el endurecimiento autoritario del Estado y el aumento del racismo…

…Funciona, más bien, como una dialéctica entre las transformaciones endógenas de estos aparatos, como resultado de las decisiones políticas tomadas por los partidos burgueses durante casi tres décadas (todas orientadas hacia la construcción de un ‘estado penal’ sobre las cenizas del ‘estado social’, para usar las categorías del sociólogo Loïc Wacquant), y el poder político – principalmente electoral e ideológico en esta etapa – de la extrema derecha organizada…

…la policía no es fascista en su funcionamiento porque gradualmente está siendo subvertida por organizaciones fascistas. Por el contrario, es porque todo el funcionamiento de la policía está siendo fascistizado (en grados desiguales) que es tan fácil para la extrema derecha difundir sus ideas y establecerse dentro de ellas…

…El proceso fascista no conduce necesariamente al fascismo porque depende, en última instancia, de la capacidad (o de la impotencia) de las clases subalternas para ocupar con éxito todos los terrenos de la lucha política, para constituirse en sujetos políticos autónomos e imponer una alternativa revolucionaria…

…Si la conquista del poder político por parte de los fascistas – y repetimos, generalmente por medios legales – constituye una victoria crucial para ellos, este no es el final de la historia. A raíz de esta victoria se abre necesariamente un período de lucha que, depende del equilibrio político y social del poder, de las luchas libradas o no, de las victorias o derrotas…

…El antifascismo hace de la lucha política contra los movimientos de extrema derecha un eje central de su lucha, pero también debe fijarse la tarea de promover la acción común de los oprimidos y detener el proceso de fascistización, es decir, socavar lo político y las condiciones ideológicas en las que los movimientos fascistas pueden florecer, echar raíces y crecer, y romper todo lo que promueve la propagación del veneno fascista en el cuerpo social.

Ahora bien, si se toma en serio esta doble tarea del antifascismo, hay que concebirla no solo como una lucha contra la extrema derecha organizada, librada independientemente de otras luchas (sindical, anticapitalista, feminista, antirracista, ecológica, etc. ), sino como complemento defensivo de la lucha por la emancipación social y política…

…ante este hipócrita discurso, el antifascismo no puede satisfacerse con fórmulas vagas. Es imperativo que especifique el contenido político de su feminismo y antirracismo, y explique lo que quiere decir con ‘laicismo’, de lo contrario dejará puntos ciegos que los neofascistas podrán ocupar indefectiblemente (‘femonacionalismo’ ‘racismo anti-blanco’ o falsificación del secularismo)…

…Hoy el desafío para el antifascismo no es simplemente forjar alianzas con activistas de otras causas, sino redefinir y enriquecer el antifascismo desde las perspectivas que emergen dentro del ámbito sindical, anticapitalista, antirracista, de las luchas feministas o ecológicas. Sólo si se actúa políticamente de esta manera el antifascismo podrá renovarse y progresar, no como una lucha sectorial, no como un método de lucha particular, no como una ideología abstracta, sino como un sentido común que impregna e involucra a todos los movimientos que luchan por la emancipación.

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