Lecciones del movimiento de los «chalecos amarillos»

…existe en Francia un enorme descontento de lo que podríamos llamar la parte trabajadora, mayoritariamente de provincias y con bajos ingresos, de la clase media. El movimiento de los chalecos amarillos constituye una representación significativa, en forma de revuelta activa y virulenta, de ese descontento…

…digamos los años ochenta, comienzo de una larga contrarrevolución capitalo-oligárquica, mal llamada «neoliberal» cuando era simplemente liberal. Es decir, vuelta al capitalismo salvaje del siglo XIX. Dicha contrarrevolución era una reacción a los diez «años rojos» (digamos de 1965 a 1975), cuyo epicentro francés fue Mayo del 68, y el epicentro mundial la Revolución Cultural china. Y fue considerablemente acelerada por el hundimiento del proyecto planetario del comunismo, en la URSS y luego en China: ya nada se oponía, a escala mundial, a que el capitalismo y sus beneficiarios, sobre todo la oligarquía transnacional de multimillonarios, ejercieran un poder ilimitado…

…incluso había sido capital intelectual e ideológica, con la actuación de los «nuevos filósofos», que velaron por que el ideal comunista fuera perseguido en todas partes, no solo acusándolo de falso, sino de criminal…

…Pero la situación en Francia ha ido degradándose desde los años ochenta… La competencia hace que retroceda en todas partes, su renta colonial está a punto de agotarse y para mantenerla necesita innumerables operaciones militares en África, costosas e inciertas… Esa desindustrialización masiva lleva a la ruina social de regiones enteras, desde Lorena y su siderurgia o el Norte con sus fábricas textiles y sus minas de carbón, hasta los suburbios de París, entregadas a la especulación inmobiliaria en los numerosos solares que quedan de las industrias desaparecidas.

Como consecuencia de todo esto, la burguesía francesa (su oligarquía dominante, los accionistas del CAC 401) ya no puede mantener a su servicio, en las mismas condiciones que antes, sobre todo antes de la crisis de 2008, a una clase media políticamente servil… De ahí el levantamiento actual de una parte importante, y popular, de esa clase media, que se ve abandonada, contra Macron, que es el agente de la «modernización» capitalista local, lo que significa apretar las tuercas, ahorrar, austerizar y privatizar, sin preocuparse, como hace treinta años, por el bienestar de las clases medias a cambio de su acatamiento del sistema dominante.

Los chalecos amarillos, con el argumento de su empobrecimiento real, quieren que se les vuelva a pagar bien su acatamiento. Pero eso es absurdo, ya que justamente el macronismo es el resultado, por un lado, de que la oligarquía ya no precisa tanto del apoyo de las clases medias (cuya financiación era costosa) tras la desaparición del peligro comunista, y por otro lado no puede permitirse pagar una sumisión electoral como la de antes. Y que, por tanto, con la excusa de las «reformas indispensables», hay que ir hacia una política autoritaria: una nueva forma del poder del estado podrá apoyar una jugosa «austeridad» que cubra desde los desempleados y los obreros hasta las capas inferiores de la clase media…

…Es cierto que los chalecos amarillos «combaten la burguesía», como dijo Marx. Pero para restaurar un viejo orden caduco, no para inventar un nuevo orden social y político cuyos nombres han sido, desde el siglo XIX, «socialismo» o, sobre todo, «comunismo»…

…podría caracterizarse la subjetividad de ese movimiento como un individualismo popular que une las cóleras personales derivadas de las nuevas formas de servidumbre impuestas hoy a todos por la dictadura del capital…

…Sus proclamas, su peligrosa desorganización, sus formas de actuar, su ausencia asumida de pensamiento general y de visión estratégica, todo ello proscribe la inventividad política. No me convence su hostilidad a cualquier dirección proclamada ni su miedo obsesivo a la centralización, al colectivo unificado, miedo que, como hacen todos los reaccionarios actuales, confunde democracia e individualismo. De ese modo no puede oponerse al asqueroso y miserable Macron ninguna fuerza progresista, innovadora ni victoriosa a largo plazo…

…diversos indicios, sobre todo de rasgos evidentes de nacionalismo de vía estrecha, de hostilidad latente a los intelectuales, de «democratismo» demagógico del estilo criptofascista «el pueblo contra las elites» y de confusión en los discursos deben llevarnos a ser prudentes en toda apreciación demasiado general de lo que sucede hoy…

…los «movimientos» de la última secuencia histórica, desde Egipto y las «primaveras árabes» pasando por Occupy Wall Street, la Turquía de las grandes plazas, la Grecia de las revueltas, los indignados de todo pelaje, los de la Nuit Debout hasta los chalecos amarillos, y muchos otros que no cito, parecen ignorar las leyes reales e implacables que hoy gobiernan el mundo. Acabados los movimientos y colectivos embriagadores y las ocupaciones de todo tipo, se extrañan de que la partida sea tan dura y de que siempre se fracase, incluso de que llegue a consolidar al adversario…

…un movimiento cuya unidad es estrictamente negativa, o bien fracasa, y desemboca a menudo en una situación peor que la que padecía al principio, o bien se divide en dos, si surge en su seno una propuesta política afirmativa realmente antagónica al orden dominante, que sea apoyada por una organización disciplinada…

…Con lo cual las elecciones llevarán al poder a lo peor. O bien las ganará la actual coalición de manera aplastante (como pasó en Mayo del 68 en Francia) o bien ganará una fórmula «nueva», ajena al movimiento y muy poco agradable (en Egipto, los Hermanos Musulmanes, luego los militares con Al-Sisi; Erdogán en Turquía), o se elegirá a los izquierdistas de boquilla que capitulan enseguida (Syriza en Grecia), o la extrema derecha ganará sola (Trump en Estados Unidos), o un grupo surgido del movimiento se aliará a la extrema derecha para acomodarse en el banquete gubernamental (caso italiano, con la alianza del Movimiento de las Cinco Estrellas y los fascistoides de la Liga Norte)…

…Para asumir todo esto, únicamente una organización resucitada sobre nuevas bases podrá en el futuro reincorporar de alguna manera parte de esas clases medias desconcertadas. Entonces será posible, como escribió Marx, que [la clase media] actúe de modo revolucionario por temor de caer en el proletariado: entonces defenderán sus intereses futuros y no sus intereses actuales; abandonarán su propio punto de vista para colocarse en el del proletariado.

Aquí tenemos una indicación preciosa que permite una conclusión parcialmente positiva sobre un aspecto esencial: está claro que existe una izquierda potencial en el movimiento de los chalecos amarillos, una minoría muy interesante: la que constituyen los activistas del movimiento, que, de hecho, descubren que deben pensar su causa en el futuro y no en el presente, e inventar, en nombre de ese futuro, su incorporación a algo más que sus reivindicaciones estáticas sobre el poder adquisitivo, los impuestos o la reforma de la constitución parlamentaria…

…para poder existir el pueblo político no puede contentarse con reunir a varios millares de descontentos, aunque fueran cien mil, lo que acepto, y reclamar a un estado (por otra parte, justamente considerado) que acepte tener cierta «consideración», organizar referendos (¿cuáles?), mantener algunos servicios de proximidad y aumentar algo vuestro poder adquisitivo disminuyendo vuestros impuestos.

Tras las exageraciones y las fanfarronadas, el movimiento de los chalecos amarillos puede ser muy útil en el futuro, como dijo Marx. En efecto, si observamos esta minoría de activistas del movimiento de los chalecos amarillos que, tras tanto reunirse, actuar y hablar, ha entendido de algún modo de forma intuitiva que precisa de una visión de conjunto, tanto a escala francesa como mundial, sobre cuál es el auténtico origen de sus desgracias, es decir, la contrarrevolución liberal, y que por tanto está decidida a participar en las etapas sucesivas de la construcción de una fuerza de tipo nuevo; entonces, esos chalecos amarillos, pensando a partir de su futuro, contribuirán sin duda a que exista aquí un pueblo político…

…Para empezar, estos nuevos militantes aportarán lo que me parece indispensable: crear, donde se pueda, de los grandes suburbios a las aldeas abandonadas, escuelas en las que las se enseñen y debatan claramente las leyes del capital y lo que significa combatirlas en nombre de una orientación política totalmente distinta…

 

https://boltxe.eus/2019/04/01/lecciones-del-movimiento-de-los-chalecos-amarillos/#easy-footnote-1-100718

Deja un comentario